Día para pescar un sueño (re-edición libro de poesía)
Es una reedición de mi pequeño libro de poesías, Día para pescar un sueño, que contiene 33 poemas que fueron escritos entre mis 16 y 19 años.
En palabras de Fabián Burgos: «Justamente, el sueño, porque es en el sueño donde se puede pescar desde la posibilidad de construir mundo que entrega el lenguaje, allí, en ese lugar donde solo está la palabra borrando la barrera entre lo onírico y la vigilia, pero ¿Cuál es este sueño? ¿Cuál es el secreto que guarda la poesía de Melaní Luraschi? Hay un sueño que no se persigue, que no se atrapa, que no se caza, sino que se pesca, esto nos hace sentido de forma inmediata con las constantes referencias que hace la poeta al mar, el lenguaje como anzuelo para conseguir aquello añorado».
Correctora de estilo: Cecilia Pérez
Veo veo... ¿Qué ven? Yo veo aquí un aparato mágico. Un elemento especialmente diseñado para viajar. Y el que no lo ve, no esta mirando bien. No esta observando. Melaní, has creado una llave. Una llave para abrir la puerta de la imaginación. Un pasaporte, Veo aquí ganas, ganas de compartir. Y también fuerza. Tu fuerza como guerrera. No veo veinte o treinta poemas. Veo alegría, tristeza, amor... veo mucho amor. Y eso que no lo leí. ¿Cuántos poemas tiene el pasaporte? ¿Cuántos años tenes? ¿Cuánto sale el libro? Se me complicó. Una ganga, señores. Menos de diez pesos el poema, pero no una baratija.
Esta es la posibilidad. ¿Qué estaban haciendo ustedes a los 20 años? Yo no sé, no me acuerdo, no me quiero acordar. Pero nada bueno, se los aseguro. En cambio, Melaní, tu nos estás regalando magia. Nos estas permitiendo viajar con vos. Ahora veo una alfombra mágica, Me imagino sentadito acá, con los pies colgados y de la mano de Melaní
Así pues, con los poderes que me han sido otorgados por mamá pacha, aquellos que vio Barbot, el astrólogo. Y aquellos que me cedió Morgana, mi hermana Casares. A quienes he venido también a representar. Yo, Melaní, poeta, te deseo de corazón: mucha mucha suerte, y te bautizo como la Guerrera del Tiempo.
En Palabras de Alejandro Grasso
Es una reedición de mi pequeño libro de poesías, Día para pescar un sueño, que contiene 33 poemas que fueron escritos entre mis 16 y 19 años.
En palabras de Fabián Burgos: «Justamente, el sueño, porque es en el sueño donde se puede pescar desde la posibilidad de construir mundo que entrega el lenguaje, allí, en ese lugar donde solo está la palabra borrando la barrera entre lo onírico y la vigilia, pero ¿Cuál es este sueño? ¿Cuál es el secreto que guarda la poesía de Melaní Luraschi? Hay un sueño que no se persigue, que no se atrapa, que no se caza, sino que se pesca, esto nos hace sentido de forma inmediata con las constantes referencias que hace la poeta al mar, el lenguaje como anzuelo para conseguir aquello añorado».
Correctora de estilo: Cecilia Pérez
Veo veo... ¿Qué ven? Yo veo aquí un aparato mágico. Un elemento especialmente diseñado para viajar. Y el que no lo ve, no esta mirando bien. No esta observando. Melaní, has creado una llave. Una llave para abrir la puerta de la imaginación. Un pasaporte, Veo aquí ganas, ganas de compartir. Y también fuerza. Tu fuerza como guerrera. No veo veinte o treinta poemas. Veo alegría, tristeza, amor... veo mucho amor. Y eso que no lo leí. ¿Cuántos poemas tiene el pasaporte? ¿Cuántos años tenes? ¿Cuánto sale el libro? Se me complicó. Una ganga, señores. Menos de diez pesos el poema, pero no una baratija.
Esta es la posibilidad. ¿Qué estaban haciendo ustedes a los 20 años? Yo no sé, no me acuerdo, no me quiero acordar. Pero nada bueno, se los aseguro. En cambio, Melaní, tu nos estás regalando magia. Nos estas permitiendo viajar con vos. Ahora veo una alfombra mágica, Me imagino sentadito acá, con los pies colgados y de la mano de Melaní
Así pues, con los poderes que me han sido otorgados por mamá pacha, aquellos que vio Barbot, el astrólogo. Y aquellos que me cedió Morgana, mi hermana Casares. A quienes he venido también a representar. Yo, Melaní, poeta, te deseo de corazón: mucha mucha suerte, y te bautizo como la Guerrera del Tiempo.
En Palabras de Alejandro Grasso
Es una reedición de mi pequeño libro de poesías, Día para pescar un sueño, que contiene 33 poemas que fueron escritos entre mis 16 y 19 años.
En palabras de Fabián Burgos: «Justamente, el sueño, porque es en el sueño donde se puede pescar desde la posibilidad de construir mundo que entrega el lenguaje, allí, en ese lugar donde solo está la palabra borrando la barrera entre lo onírico y la vigilia, pero ¿Cuál es este sueño? ¿Cuál es el secreto que guarda la poesía de Melaní Luraschi? Hay un sueño que no se persigue, que no se atrapa, que no se caza, sino que se pesca, esto nos hace sentido de forma inmediata con las constantes referencias que hace la poeta al mar, el lenguaje como anzuelo para conseguir aquello añorado».
Correctora de estilo: Cecilia Pérez
Veo veo... ¿Qué ven? Yo veo aquí un aparato mágico. Un elemento especialmente diseñado para viajar. Y el que no lo ve, no esta mirando bien. No esta observando. Melaní, has creado una llave. Una llave para abrir la puerta de la imaginación. Un pasaporte, Veo aquí ganas, ganas de compartir. Y también fuerza. Tu fuerza como guerrera. No veo veinte o treinta poemas. Veo alegría, tristeza, amor... veo mucho amor. Y eso que no lo leí. ¿Cuántos poemas tiene el pasaporte? ¿Cuántos años tenes? ¿Cuánto sale el libro? Se me complicó. Una ganga, señores. Menos de diez pesos el poema, pero no una baratija.
Esta es la posibilidad. ¿Qué estaban haciendo ustedes a los 20 años? Yo no sé, no me acuerdo, no me quiero acordar. Pero nada bueno, se los aseguro. En cambio, Melaní, tu nos estás regalando magia. Nos estas permitiendo viajar con vos. Ahora veo una alfombra mágica, Me imagino sentadito acá, con los pies colgados y de la mano de Melaní
Así pues, con los poderes que me han sido otorgados por mamá pacha, aquellos que vio Barbot, el astrólogo. Y aquellos que me cedió Morgana, mi hermana Casares. A quienes he venido también a representar. Yo, Melaní, poeta, te deseo de corazón: mucha mucha suerte, y te bautizo como la Guerrera del Tiempo.
En Palabras de Alejandro Grasso